Muchas veces te dirán, de las peores maneras posible, el desastre de persona que te has convertido , o el nefasto destino que has elegido. Ojalá todos entendieran que no es exactamente lo que creen. A veces no cambias ni te haces otra persona, solo sigues siendo tú pero en libertad, y cuando la libertad te abraza, a los otros, visto desde sus celdas les parecerá algo destetable.