Solo podemos ver a los otros cuando los trasformamos. Nadie nos ve de igual manera. Somos tantas personas como cuantas personas nos ven y nos juzgan.
Un nombre famoso no retrata por entero a la persona que lo exhibe. Por ejemplo, Fidel Castro se convertió en un símbolo que encierra todas las contradicciones. El Fidel Castro del que tú hablas puede ser por completo opuesto a mi visión de Fidel Castro que yo conocí . Cuando se juzga a una persona o algo, es bueno pensar: (Esto es) según lo que yo pienso y creo. Es una visión limitada, exacta solo hasta cierto punto, con infinitas posibilidades de error.