Un momento cualquiera, el se acercó a su compañera y les dijo palabras hirientes con tono desafiante, amenazador y algo grosero.
A lo que ella le contestó: ¿ Cuando alguien te ofrece algo que no quieres lo aceptas?
El desconcertado le contestó: claro que no.
Entonces ella le responde: En este caso tu me ofreces sentimientos de rabia y rencor, y yo puedo decidir aceptar o no.
El le dijo: no entiendo a que te refieres. Entonces ella le responde:
Si me siento ofendida estaré aceptando tu regalo, y prefiero no hacerlo. Yo no controlo lo que cargas en tu corazón, pero si en el mio. Y prefiero obsequiarme mi propia serenidad.
Es tan grande la libertad que nos da la vida que tenemos la opción de amargarnos o ser felices.