Ahi va Alejandro , Bello y arrogante.
Lleno de llagas maloliente y putrefacto. Putrefacto por el tiempo y sus heridas diseminando su peste a todo el que encuentra. Ahí va… Atropellando el jardín, y las azucenas que plantó. Son perennes y sus pétalos se quemaron con los vómitos de fuego. Tan beneficiosas y necesarias.
La azucena contiene grandes propiedades antibacterianas que la hacen especial para los cortes e infecciones en la piel. Son especialmente útiles para el tratamiento de la candidiasis oral, o sea como enjuague bucal, ayuda a regular el ritmo cardíaco, permitiendo que el corazón funcione de manera mucho mas eficiente. Esto es porque minimiza la actividad del miocardio e incluso gracias a sus flavonoides y glucósidos estimula las arterias y hace que estas se dilate.
No es solo una bonita planta aromática decorativa, pero acabó con el prado.
Aun no sabe que se murió, destruye todo a su paso, ni siquiera el diente de león con su flor amarilla y peluda sobrevivió a sus pisadas. Amargo imponiendo dulzura, lleno de mediocridad, complejos y miedos. Vendiendo margaritas cuando no todos comen caviar.
Ahí va Alejandro aterrorizado… Imponiendo temblores y poder… Humillando a su paso, a eso se acostumbró, el poder no viene ligado al miedo. Se fabricó una caricia y una voz.
Cree que es inmortal, y su mente le hace creer que está vivo, que mañana amanecerá… No sabe que vive en una caverna y que ahí está como Andrés.
Nadie viene por frutas, ya no hay cosechas frescas, nadie quiere decirle que no existe la verde pradera, ya no hay sonidos de pájaros, no hay sinsontes ni mariposas, convive con roedores que le carcomen el cerebro. Pero ahí va con su máscara de miedo y cree estar vivo.
¿De que se protege?
Del miedo que ha creado en el, Se protege del amor, se protege de lo que la vida le devuelve.
No sabe el valor de una mariposa ni tampoco su tiempo de vida.
Su piel se estira y su corazón se agrieta. Cree que usará otra vida como el dinero que atesora. Pobre Alejandro.. Que vende cristales recortados..
Ni siquiera sabe que en tres días las uñas comenzarán a despegarse de sus dedos, ignora que en su cuarto día perderá el cabello y que ya no tendrá que afeitarse ni depilarse por que también los vellos se desprenden. Tampoco tiene idea que seguido de esto su cerebro comienza a pudrirse, creo que ya empezó. ¿Sabrá que la piel se le secará y que comenzará a descomponerse?
Su piel ya estirada comenzará a agrietarse con tonalidad negra y poco a poco comenzará a despegarse de sus huesos.
No sabe que se reducirá a nada. Que solo su esqueleto perdurará en la caverna en que cree pernoctar.
Demasiado orgullo, demasiada maldad, egoísmo y odio. Claro que su ego no le hace ver eso.
¿Para qué necesitará todo eso?
Sabrá de humildad y tolerancia. ¿Podrá desprenderse de esa guerra con los demás?
Como el mismo que no respeta e impone su ira así también llega la muerte sin respetar color, edad, condición humana, ni sexo, si te crees bello o si eres gordo, pobre de alma o de dinero, llega y te lleva. Recuerda que no le importa quién seas o quién crees que eres igual te lleva.
Por eso de nada te sirve tus mil máscaras tus creencias, tu orgullo y tu poder. De nada te sirve tu caverna donde vociferas para defenderte, de nada te sirve.
Deberías ser viajero del desierto y que el amor si es infinito y es lo único que nunca muere.